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24 de enero de 2006

PICHIDEGUAN TIPIC breve reseña de una cultura di campo


"¿Pichi qué?"- es lo que escucho cada vez que nombro mi siempre cálida, fertil y huasa tierra de origen. La cara de mi receptor es la de completo asombro como si se tratara de un guiso de verduras extraño, con carne de coipo o un budín de pez espada al horno. La verdad es que existen registros casi pre-históricos de Pichidegua, cuyo nombre significa algo así como pequeño lugar de ratas o lugar de ratas pequeñas, la comuna ya tiene más de cuatro siglos y ha servido a notables periodistas del espectáculo (como el actual Joel Umaña) para describir que se ubica casi al lado de donde el diablo perdió el poncho, o algo así como el poto del mundo.
" ah... si conozco, es una calle larga asi..."- era la frase siguiente para darme a entender que si habían pasado alguna vez por ese pueblo, y que resultaba ser la versión chilena de Macondo, el paso obligado entre carretones, novillos, álamos y camino de tierra antes de llegar a Pichilemu o al lago Rapel.
Cuando era niña el tema de mi lugar de origen no era un problema mayor ya que nunca se cuestionó si era o no un pueblo fantasma,como más adelante, ni tampoco me preguntaban si llegaba en mula a las localidades vecinas, afortunadamente "los pioneros de la VI región" Ruta H para ser más exacta, con sus buses auspiciaban el transporte local. Todavía es una aventura viajar en bus, la cantidad de rancheras que se oyen en la radio del vehículo es impresionante, señoras con niños, abuelitos que van al pago de jubilados, y el típico perro siguiendo a su amo, la señora con flores que se baja en el cementerio o el señor que ronca desenfrenadamente en el asiento contínuo de donde se oyen también las más diversas historias de los personajes locales y 100% autóctonos; el compadre, el patas negras, el yeta del pueblo, el maricón, el putero, el cura o el "lairón" o el cura ladrón, la meica, el patrón o la señora del civil con el cura'o del kiosko, en un acento más o menos agudo.
Los cuestionamientos más humillantes los viví en mis primeros días de universidad donde no se estilaba escuchar tonadas como era mi costumbre, mata de arrayán florí'o y el corralero quedaron atrás, tampoco se podía pedir fia'o aceite suelto en el almacén o "emporio" de la esquina, sin querer serlo yo era como una monada, un caso típico, el recuerdo del campo mismo, uno a uno desfilaban mis compañeros de universidad frente a mí, en una suerte de exploración a través de la observación directa de una especie en extinsión, the real Carmela de San Rosendo, algo así como la captura del chupacabras o la visita de Astorga y Contador a los últimos canívales en el mundo por televisión. Lo primero y más suave fué decirme que si Pichidegua se comía, me preguntaban si tras varios años de usar hojotas no me molestaban las zapatillas y si conocía los malls. Pasé meses tratando de encontrar algo que los motivara a valorar mi lugar de origen, la artesanía en hoja de choclo ni las azudas de Larmahue lograban apaciguar sus ánimos burlones, en más de alguna oportunidad un compañero llegó con mapa en mano, turistell, globo terraqueo y el atlas geográfico militar para que yo le indicara donde "recórcholis "estaba ese pueblo, y así terminar con el mito urbano de si existía o no. Lo que yo no me imeginé jamás es que bastó una pequeña nota periodística en el "Teletarde" de canal 13 para que descubrieran las bondades de mi Pichi... y era el hallazgo de extensas hectáreas de plantación de marihuana lo que logró por supuesto la aprobación total y eufórica de casi toda mi universidad, las proclamaciones de Pichidegua como futura capital de Chile dieron para más de una asamblea y reuniones estudiantiles, era como "El país de las maravillas", el Woodstock del nuevo milenio, definitivamente ya no me molestaron más con las hojotas, los talones partidos y mi estuche hecho en hoja de choclo, por fin había logrado que apreciaran mi zona rural, ahora mis compañeros de "U" sólo querían visitar esas tierras y de paso deleitarse con el néctar de los dioses que era la chicha de mi tío Rola, un verdadero microtráfico en mis grupos de trabajo, lo que complementó a la perfección la clase de dibujo y el taller de escultura. Mis días en la universidad cambiaron drasticamente ya nadie me llamaba Cota, ahora todos me decían Pichidegua... ¿que bonito ah? ¡sexo, marihuana y alcohol! se escuchaba en cada aula cada vez que yo me dignaba a aparecer en una clase, fué como una serie americana donde la protagonista ya no es nerds, como un reality show, donde todos me conocían y saludaban, chicos de carreras casi inexistentes me preguntaban por mis prometedoras siembras, hasta mi profesor de sociología se dió tiempo para hacerme bromas por lo rojo de mis ojos, ignorando por supuesto una pasajera conjuntivitis.
Con el correr de los años y ya externa a la universidad, eso no ha cambiado mucho, debo confesar que cada vez que se nombra Pichidegua por televisión a mi se me acelera mi ritmo cardíaco, una vez se me fué toda la plata del teléfono llamando parientes lejanos e inciertos primos cercanos para avisarles que pasarían una nota de Pichidegua en un programa del 13 con la Vivi y el come lo todo del Oñate (quien debiera firmar contrato con la marca de un antiácido para publicidad) donde aparecía mi vecino el "Peiro", quien como ustedes comprenderán fué bautizado como "Pedro" pero se insiste en decirle "Peiro" y "tornillo" pa' más "jodienda", un verdadero Condorito del pueblo que las ha hecho todas, hasta fué ayudante del cura sabiendose todos los pecados de las devotas cada vez que reemplazó al padre en el confesionario, (un personaje que bien merece una columna exclusiva), otra vez llamé como diez amigas para que me grabaran "Tierra adentro" donde mostraban la artesanía típica de la zona, porque como ya deben estar suponiendo la televisión por acá se veía como las pelotas hasta que el hombre creó la televisión satelital cuya antena pasó a ser como un paisaje típico, más digno de postal que las vacas en el cerro, las atajadas de "cuatro buenos"o el típico viejo en bicicleta y con una sandía al hombro. Hay veces en que estoy totalmente capitalina olvidada de la "tropi cultura" como diría mi amigo "Txuma", y recibo uno que otro llamado para escuchar la frase -"oye Pichidegua salió en la tele" provocando en pocos segundos el derrame de mis lágrimas.
Es que no se puede vivir sin conocer este pueblo, que nada de espectacular tiene pero lo que tiene es el Patrimonio cultural mismo; carece de Comisaría, sólo tiene Tenencia pero no tiene tenientes sólo subtenientes, de ahí el éxito de las plantaciones que dan para más de alguna camioneta doble cabina cero kilómetro a uno que otro trabajador al día... no tiene banco sólo sucursal, no tiene plaza, por más que la remodelen sólo parece plazoleta, no tiene pubs si no que cantinas, no tiene café con piernas pero si "casa de putas" (en el límite con San Vicente de T.T. en el puente el Niche según me contó un amigo señor X, a quién no mencionaré por respeto a sus casi 6 años de pololeo)... acá los matrimonios son con bautizos y con un promedio de un novillo, tres corderos y un par de cerdos para el banquete, los pollos no los asan porque sirven para la cazuela mañanera y reponedora del desayuno siguiente, cuando fallece alguien, se viste de negro todo el pueblo, porque todos son familiares del "fina'o" y por ende "dolientes", el que atiende la carnicería es profesor jubilado, y es el mismo que recoge el diezmo, el que es voluntario de bomberos y candidato a consejal de la comuna, en el hospital no hay doctores... hay practicantes, y si hubo doctores fueron sumariados por cagazos garrafales, acá no hay asaltantes hay "cuatreros", la alcaldesa lleva más de 10 años reelecta porque los que han querido arrebatarle el puesto son los más ladrones del pueblo y como acá todo se sabe...
Con mis amigos solíamos ir a la "Puntilla" una suerte de balneario o sea, un río, donde disfrutábamos de comer sandía con harina tostada (el que quería la acompañaba con marraqueta) entre bovinos pastando y piriguines verdosos en las poco transparentes aguas, disfrutando del atardecer, momento ideal entre tanto paisaje de ensueño para el surgimiento de los siempre bien ponderados y fugaces, pero significativos romances de verano.
No puedo dejar de mencionar que pese a que carece de argumentos técnicos para ser ciudad es una comuna bastante grande bendecida con buen vino, chicha y aguardiente, que tiene el Alcanfor más grande del país pero que para la atracción turística dá lo mismo, y como si fuera poco organiza uno de los mejores festivales de la voz de la región de O'Higgins, donde año a año en febrero se contempla un gran reparto de estrellas... desde René de la Vega hasta Lalo Valenzuela... nunca voy a olvidar aquella vez en que al viajar a Pichi desde Santiago tuve la suerte de compartir asiento en el Ruta H con Elvis Presley ... el made in Chile,era la mujer más agradecida del universo con tamaño privilegio, la verdad es que su guitarra me tría bastante incómoda, pero no dejé un sólo segundo de contemplar sus pronunciadas patillas y los botones brillantes multicolores que me encandilaban desde su sesentera chaqueta blanca... cada vez que lo miré me sonreía con el encanto del intérprete de "love me tender" mi felicidad fué extrema cuando al despedirse en un "Englishpanish" me invitó a su actuación en el connotado festival "La semilla" y yo atónita sólo se lo afirmé moviendo mi cabeza... fué lejos el viaje a Pichidegua más VIP de mi vida.
Esto y mucho más es Pichidegua, para que lo tengan presente la próxima vez que escuchen hablar de este pedazo de poto del mundo, espero lo tengan presente también en sus próximas vacaciones, y si tienes la dicha de tener amistades Pichideguan tipic no dudes en dejarte caer en su residencia.

3 comentarios:

Pancha dijo...

Amiga!!! No sabes cómo te entiendo...Imagínate la cara que pone la gente cuando le digo que vivo en Las Cabras...jajaja
Y aunque ahora viva en Stgo y me crea citadina, lo "cabrina" lo llevo en el corazón...
Eso es, mi alma!!!!

Hermansineme dijo...

Interesante, apasionante a ratos y profundamente afectivo tu relato, pero menos nostálgico es el sentimiento que se me produce cuando hablo de mi Requegua querido, más cómodo me resulta trivializar el tema y referirme a la tierra del Circo Timoteo... si, el Timoteo mayor tiene sus orígenes en esa parte de Chilito.

Sebastián Santander Rubio dijo...

Que buena manera de contar nuestro pueblo... aunque cambiaría de Pichideguano a Pichideguense !!!!!
Ssantander